Si hay algo mágico en el sentido del gusto es la capacidad de transportarnos que tiene. La familia de efervescentes consigue, con tan sólo tres ingredientes, evocar los mejores recuerdos de la infancia.
Sin capacidades texturizantes, estos ingredientes nos brindan la posibilidad de añadir una capa de sabor más a nuestros platos, postres, snacks, dulces o cócteles: la efervescencia, el cosquilleo, los estallidos, lo imprevisible, la diversión.
Toques finales o sorpresas inseridas en todo tipo de elaboraciones, que cambiará la degustación por completo.