Presentes en la industria alimentaria de hace décadas, y en ciertas disciplinas como la elaboración de quesos o las fermentaciones, en este último tiempo se ha empezado a hablar de enzimas en cocinas, pastelerías y coctelerías.
El hallazgo de las enzimas implica un mundo nuevo de ingredientes que ofrecen posibilidades que hasta ahora eran grandes retos: conseguir aguas y vinos de cualquier ingrediente, obtener texturas blandas en productos crudos, hacer comestibles partes de ingredientes que no lo eran… las reacciones enzimáticas, todavía por explorar, pueden ser el siguiente campo de batalla de la creatividad gastronómica.