Los sabores en polvo despiertan sin quererlo la creatividad: cualquier elaboración seca de frutas es -de repente- posible. Acabados nuevos para cócteles, mesitas de chocolate de fruta, galletas, panes, bollería, bizcochos y cualquier masa con color y sabor inéditos; salsas y caramelos imposibles; aceites, mantequillas, enlucidos; una lista interminable de elaboraciones posibles.
Las ventajas de disponer de los ingredientes en polvo -sin agua- son ilimitadas: son aplicables a cualquier textura (tanto en medio seco como grasa como acuoso), tienen muy larga caducidad (no teniendo agua reducimos la actividad de los microorganismos) y aportan un color y sabor más intenso.